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Esta es una pregunta bastante recurrente.

En multitud de ocasiones vienen a preguntarme sobre cuál es el mejor momento para aprender a tocar la guitarra, cómo aprendí a tocar, cuánto tiempo hace o si es difícil o no, y esto es lo que respondo siempre.

Si hay algo que he aprendido en estos últimos años en los que he ayudado a muchísimos alumnos a cumplir su sueño de aprender a tocar la guitarra de una vez es que no se puede mentir.

Tocar un instrumento musical, en este caso la guitarra, debe ser un compromiso vital. Uffff!!!! Qué fuerte ha sonado eso!!!! Pero es cierto. Si realmente quieres aprender a tocar, de verdad, no a poner acordes sin ton ni son, sino a saber qué estás tocando y porqué, eso requiere ese compromiso vital del que hablo.

Yo puedo enseñarte todos los acordes que conozco, cientos… pero si no los tocas dentro de un contexto, jamás vas a entender para qué sirven y porqué se colocan de esa forma o en ese preciso momento.

Por eso, cuando me preguntan si es difícil o no, o cómo aprendí a tocar hace más de treinta años cuando internet solo era una cosa de ciencia ficción, la respuesta es bastante sencilla… compromiso vital. Quise ser guitarrista porque entendí que la música ayudaba a cambiar a las personas. A mi me cambió, me dio mucha autoestima y además desarrollé algo que no sabía que existía en mí: la creatividad.

Y volviendo a la pregunta del título, ¿Cuándo es el mejor momento para aprender a tocar la guitarra? la respuesta es simple y sencilla. AHORA!!!! El mejor momento para empezar a tocar es justo este, en el que ya te lo has planteado, en el que ya existe en ti ese gusanillo de preguntarte ¿podría aprender a tocar? Por supuesto.

A las personas que me piden ayuda a través de internet y me dicen es que… “-Cuándo voy a tocar como tocas tú…-” Este es un camino de una vida entera… la guitarra no tiene fin y eso más que suponer una dificultad debe convertirse en una tranquilidad para ti, porque siempre vas a tener margen de mejora, en los rajeos, en los picados, en la composición, en la interpretación… y eso créeme que es genial!!!! No hay límites, o mejor dicho, los límites los pones tú.

Siempre le digo lo mismo a la gente que me pregunta cómo es posible tocar como toco yo… y créeme, tan sencillo como querer tocar, porque si no me equivoco, debes tener dos manos, diez dedos y una cabeza… pues si tienes esas partes del cuerpo, eres exactamente igual que yo. Por lo tanto, puedes tocar exactamente igual que lo hago yo.

«La verdad», el gran consejo del Maestro Manolo Sanlúcar.

Hace unos años tuve la suerte de participar en el Curso Internacional de Guitarra de Córdoba recibiendo clases de Maestro Manolo Sanlúcar. Ese mismo verano había recibido clases de otro de los grandes, Rafael Riqueni. Pues bien, cuando llegué a la primera clase, con mi guitarra, parapetado de miedos y complejos, el maestro nos habló de “la verdad”.

Con el Maestro Sanlúcar en el Curso Internacional de Guitarra de Córdoba (2014)

Al principio no tenía ni idea de a qué se refería con eso de “la verdad”. Y es que en la guitarra flamenca, más allá de las florituras, de los picados estratosféricos o del acorde imposible con una apertura digna de un circo, lo que realmente importa es eso… la verdad.

Cuando subes a un escenario tienes que ser honesto contigo y con el que está escuchando. El arte flamenco no es nuestro, es de nuestra cultura, de los que lo vivieron, de los que lo vivimos y de los que lo vivirán. Por eso tenemos la obligación de “decir la verdad” con nuestra guitarra.

Esa lección tan aparentemente sencilla que me dio el maestro Sanlúcar cambió mi manera de tocar absolutamente. De tocar y de sentir. Al final la música no deja de ser un lenguaje y ese lenguaje tiene que ser claro, limpio y lleno de verdades. Seguro que no se te ocurriría ir por la vida contando mentiras a diario, entre otras cosas porque en cualquier momento la gente se daría cuenta o se haría realidad ese refrán tan castellano de “Se coje antes a un mentiroso que a un cojo”. Pues con nuestro lenguaje debe ser igual.

Otra de las cosas que aprendí ese verano imborrable en las clases del Maestro Sanlúcar fue que para ser un buen guitarrista lo importante no es ese picado estratosférico o los acordes circenses, sino saber lo que uno quiere decir y tener la técnica y los conocimientos suficientes para poder hacérselo llegar al espectador y eso no se consigue en un día ni dos… eso es una vida desarrollando tu propio lenguaje, aprendiendo y bebiendo de las fuentes antiguas y buscando dentro de ti sobre cómo quieres decir las cosas con tu guitarra y con tu música.

La noche del último día de curso, tenía una actuación con la Peña Flamenca de Aracena (Huelva) y yo estaba en Córdoba. Me llevé todo el día montado en trenes hasta poder llegar a mi destino y puedes creerme que cuando me subí al escenario, el Pedro que se subió era un guitarrista diferente al que se hubiese subido una semana antes. Ya no tenía prisa, no quería “demostrar” nada, solo quería acompañar al cantaor, hacérselo fácil y sobre todo decir la verdad y que la gente lo sintiera.

Así que si te preguntas, cuándo es el mejor momento para empezar a tocar la guitarra, no lo dudes, es AHORA. Este es el mejor momento. Tienes las herramientas, tienes la oportunidad de ver muchos vídeos por todos lados pero sobre todo tienes la oportunidad de que alguien que ha pasado por lo mismo que has pasado tú pueda ayudarte.

 Si quieres saber más sobre cómo comenzar, por dónde empezar o qué es lo primero que tienes que hacer para echar a andar, no dudes en ponerte en contacto conmigo y te ayudaré encantado.

Y ahora, si quieres empezar a tocar desde ya, te propongo que descargues la «Guía para convertirte en un Guitarrista PRO»:

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